La Organización Mundial de la Salud estima que 1 de cada 100 niños vive con T.E.A. siendo así una de las necesidades de atención psicopedagógica proporcionalmente más importante de la actualidad.
El T.E.A. es trastorno del neurodesarrollo, de origen poligenético, que condiciona las siguientes áreas del desarrollo:
- Comunicación y lenguaje.
- Interacción y relaciones sociales.
- Simbolización.
- Integración Sensorial.
Del desarrollo atípico en estas áreas derivan necesidades específicas de atención terapéutica y distintos tipos de acompañamiento para la persona que lo vive y sus familias, a lo largo de su ciclo vital.
Dichos apoyos terapéuticos son esencialmente psicopedagógicos y clínicos, no necesariamente farmacológicos, ni biomédicos, y están ceñidos a modelos y metodologías específicas como la enseñanza estructurada, la comunicación alternativa y aumentativa, el análisis conductual aplicado, intervención basada en las relaciones, terapia ocupacional y de integración sensorial.